Sheckler, Sorgente, Wright y León montan en fabrica de torres eolicas

Ryan Sheckler, Danny León, Alex Sorgente y Zion Wright rescriben la historia en el Principado de Asturias.
Que tres de los mejores skaters del mundo recorran 9.000 kilómetros para pasar 72 horas en Avilés sólo puede ocurrir por un motivo fuera de lo común: la oportunidad de poder patinar torres eólicas.

Con una altura de hasta 120 metros y hasta 8 de diámetro, estos gigantes suponen el playground perfecto para cualquier skater. Eso pensó Danny León, skater madrileño y habitual visitante del Paraíso Natural.

“Siempre me han llamado la atención esas estructuras gigantes y en lo increíble que podría ser patinarlas.”, comenta Danny. “Estoy enamorado de Asturias, vengo muy a menudo y creo que es uno de los sitios a los que podría venir a vivir una temporada”, añade.






Como bien dicen “si puedes soñarlo, puedes hacerlo”. Y así fue. Se puso manos a la obra hace exactamente un año, le dieron alas a la idea, una gestión llevó a la otra y las puertas del Grupo Daniel Alonso se abrieron de manera milagrosa.

En unos meses empezó a ser una realidad, pero, claro, no iba a patinar esto en solitario. Como cualquier skater, suele querer patinar en compañía de sus colegas y ¿quién mejor que los norteamericanos Ryan Sheckler, Alex Sorgente y Zion Wright?

Los cuatro magníficos se trasladaron al corazón de Asturias, reconocida por Ryan como su “lugar favorito de España”, donde se esconde uno de los líderes mundiales de fabricación de torres eólicas.

Durante dos días pudieron patinar “a capricho” estas torres desde su proceso de fabricación más inicial que comienza en las planchas de acero.



Dentro de Dacero ocurrieron cosas tan mágicas como saltos a 3,5 metros de altura: “Hemos patinado una fábrica de planchas de acero en la que básicamente hemos construido nuestro skatepark. Parecíamos niños en una tienda de caramelos. Es increíble estar aquí”, contaba un emocionado Sheckler.

El proceso continúa en el momento en el que el acero se curva donde el escenario coge una nueva dimensión, similar a la de sus habituales half pipes.

En una de las fábricas de Windar Renovables se abrió un mundo de posibilidades que no habían imaginado: patinar dentro de los diferentes tramos, de hasta 45 toneladas, de las torres que terminarán ejerciendo su función como molinos de viento en cualquier parte del mundo.





Como colofón a su aventura, la mejor acción les esperaba en el muelle de Valliniello en el puerto de Avilés: dos tramos que durante cuatro meses fueron reservados con mucho cariño esperando la ocasión.

“Los tubos del puerto han sido alucinantes. Es una locura cómo estaban cortados y preparados a medida para que pudiéramos patinarlos” decía Zion.